lunes, 7 de mayo de 2007

Una Corriente cognitiva: el constructivismo

El constructivismo es una de las corrientes que ha inspirado la reforma educacional chilena actual. Esta concepción parte de la base de que los alumnos no son mentes vacías que hay que llenar con una infinidad de contenidos conceptuales, en ocasiones, totalmente descontextualizados de su realidad, sino que todo lo contrario, estos sujetos activos y participativos del aprendizaje poseen “conocimientos previos” que sirven para enganchar el nuevo contenido y le permiten atribuirle significado en algún grado. Este enganche no es automático, sino el resultado de un proceso activo de los alumnos, que les permitirán, reorganizar su propio conocimiento y enriquecerlo (La Naturaleza activa y constructiva del conocimiento; p 2.; Adaptación realizada por la Comisión de Modernización Pedagógica de la PUCP del texto "¿Qué hace que los alumnos aprendan?" de Teresa Mauri, publicado en "El constructivismo en el aula". Editorial Graó. Barcelona, 1999. Páginas 65-84). Desde esta perspectiva el alumno participa activamente en la construcción del conocimiento tomando como punto de referencia su propia realidad y partiendo de esta se puede lograr que comprenda de mejor manera los contenidos que el docente le entregará. Para explicar de mejor manera este postulado se puede ejemplificar de la siguiente forma: si se quiere tratar el contenido relacionado con el genoma humano o la división celular, los alumnos de segundo medio deben poseer algunos conocimientos previos sobre la funcionalidad básica de la célula, ya que fueron contenidos que se revisaron en primero medio. Esto se puede lograr llevando a cabo una lluvia de ideas para activar lo que el alumno ya conoce sobre este tema produciéndose así la relación entre lo que el alumno ya sabe y lo que va a aprender. Con esto se logrará que el estudiante logre aprendizajes significativos definidos como el proceso según el cual se relaciona un nuevo conocimiento o información con la estructura cognitiva del que aprende de forma no arbitraria y sustantiva o no literal. Esa interacción con la estructura cognitiva no se produce considerándola como un todo, sino con aspectos relevantes presentes en la misma, que reciben el nombre de subsumidores o ideas de anclaje (Ausubel, 1976, 2002; Moreira, 1997). La presencia de ideas, conceptos o proposiciones inclusivas, claras y disponibles en la mente del aprendiz es lo que dota de significado a ese nuevo contenido en interacción con el mismo (Moreira, 2000). Esta definición deja en claro que la mente del alumno no está en blanco, sino que, posee elementos que servirán de nexo con el nuevo conocimiento.
La labor del profesor en este caso no es la de un experto erudito que conoce a fondo la materia de estudio (¿Qué hace que los alumnos aprendan?; p. 2; adaptación del texto de Teresa Mauri , publicado en el constructivismo en el aula), la figura del docente en este caso es la de un guía que acompaña al alumno en la construcción de saberes relevantes y lo ayuda para que potencie su zona de desarrollo próximo que es la distancia entre el nivel real de desarrollo y el nivel de desarrollo potencial (definición extraida de http://www.psicopedagogia.com/definicion/teoria%20del%20aprendizaje%20de%20vigotsky), o sea lo que el alumno tiene un nivel de desarrollo intelectual que puede ser potenciado si se utilizan las estrategias adecuadas.
En conclusión el constructivismo plantea un gran desafío para los profesores y los alumnos porque para llevarlo a la práctica se requiere de compromiso y dedicación.
Las preguntas que surgen espontáneamente son las siguientes, ¿se aplica de forma adecuada el constructivismo en las aulas nacionales?, y si no es así ¿Por qué no se hace?.

1 comentario:

Profesora dijo...

Estimado Phillipe, concuerdo plenamente con tu reflexión acerca de que la corriente constructivista se centra en el que aprende y no visualiza a los alumnos como vasos vacíos que se deben llenar de conocimientos. Efectivamente, el alumno posee conocimientos previos y la labor de los docentes es activarlos, puesto que cuando éste asocia sus conocimientos previos con conocimientos nuevos se producirá un conflicto cognitivo que dará pie al aprendizaje significativo. Por otro lado, el profesor será un guía que propicie dichos aprendizajes, entregando las herramientas necesarias para que los alumnos sean capaces de construir su propio conocimiento.
Rescato de tu reflexión, el que ya valores al alumno como un ente activo dentro del proceso de enseñanza aprendizaje, pues eso te permitirá adecuar los contenidos según las necesidades de tus futuros alumnos y contextualizarlos de acuerdo a sus realidades.
Respondiendo a tu pregunta, el que se aplique adecuadamente o no el constructivismo en las aulas de clases dependerá exclusivamente de los docentes que llevan a cabo la práctica educativa, puesto que cada profesor tiene sus propias creencias en relación a los aprendizajes. De este modo, unos serán tradicionalistas a la hora de enseñar y otros tomarán nuevos caminos en este sentido. Empero, es mi deber señalar que la corriente constructivista es ideal para propiciar aprendizajes, pero no es buena por sí sola pues llegado el momento también necesitaremos de los enfoques Academicista y Conductista, que nos legarán lo sistemático y lo metódico pues como profesores debemos manejar contenidos y conceptos. Además, dependerá del medio en el cual tengas que desarrollar tu práctica docente.
Por último, admiro tu búsqueda de información y municiosidad a la hora de redactar tus reflexiones.